La ciudad de Cairo, en Illinois (Estados Unidos), se estableció en 1836 en el corazón del «Pequeño Egipto». Ahí es donde convergen los ríos Misisipi y Ohio, en un área con la elevación más baja de cualquier ubicación dentro de Illinois. En 1855, Cairo se convirtió en el término del ferrocarril central de Illinois y la ciudad floreció a medida que el comercio con Chicago estimuló el desarrollo. Para 1860, la población superaba los 2000 habitantes.
Durante la Guerra Civil Americana, Cairo se convirtió en una base de suministros estratégicamente importante y un centro de entrenamiento para el ejército de la Unión, a pesar de que gran parte del comercio de la ciudad se desvió a Chicago. Sin embargo, debido a la ubicación estratégica de Cairo, la ciudad vio un auge después de la Guerra. Se convirtió en un centro bancario y un importante puerto de barcos de vapor, con tanto tráfico fluvial que la ciudad fue designada como «puerto de entrega» por ley del Congreso en 1854. Además, Cairo se convirtió en un centro de transporte ferroviario en la región. Los comerciantes y cargadores adinerados se sintieron atraídos por Cairo, construyendo numerosas mansiones durante el siglo XIX y principios del XX.
El pico de la población de Cairo se produjo en la década de 1920, superando las 15.000 personas. Poco después el tráfico de transbordadores comenzó a disminuir, ya que el ferrocarril podía cruzar el río después de que se construyesen nuevos puentes. Cairo ya no era un centro importante.
Con el tráfico fluvial y ferroviario reducido drásticamente, gran parte de las industrias navieras, ferroviarias y de transbordadores de Cairo abandonaron la ciudad. De esta manera, las perspectivas de empleo desaparecieron. Además, la tensión racial aumentó a finales de la década de 1960, ya que Estados Unidos estaba en medio de la lucha por los derechos civiles. La violencia racial, las protestas y los disturbios entre la policía y la comunidad negra de Cairo intensificaron el declive de la ciudad. En 1978, con la apertura de un nuevo puente (Interstate 57) sobre el río Misisipi, la ciudad de Cairo quedó paralizada. Restaurantes, hoteles e incluso el hospital de Cairo cerraron.
Para 2010, Cairo tenía solo 2.831 habitantes. A día de hoy, la pobreza, el crimen y el desempleo siguen siendo un desafío para la ciudad. En los últimos años han habido intentos de restaurar algunos de los edificios abandonados de Cairo para desarrollar el turismo patrimonial centrándose en su historia y relación con los ríos Misisipi y Ohio, pero de momento no han tenido éxito.