Sheila siempre había sido una adolescente curiosa y valiente. Vivía con sus padres en una acogedora casa en las afueras de Fairbanks (Alaska, Estados Unidos).
Cuando sus padres salieron un par de horas para cenar fuera, Sheila decidió aprovechar ese pequeño momento de libertad para explorar la casa, sobre todo aquellos rincones y habitaciones a los que tenía prohibido el acceso.
Y uno de esos lugares prohibidos era el sótano. Hacia allí se dirigió Sheila.
Sótano del terror
El sótano estaba oscuro y frío, y Sheila no podía ver nada más allá de unos pocos metros. Sin embargo, estaba decidida a encontrar algo interesante, así que avanzó con cautela.
Fue entonces cuando notó algo extraño y misterioso cerca de una de las paredes. Estaba tapado una sábana deshilachada, por lo que decidió retirarla y se encontró con un gran espejo, antiguo y polvoriento.
Sheila se acercó al espejo y lo limpió con la manga. Al mirarse en él, notó que algo era diferente. Su reflejo parecía más oscuro y retorcido, como si estuviera en una dimensión diferente. Sin embargo, lo que sucedió inmediatamente después la aterrorizó aún más.
El monstruo
De repente, una sombra se movió tras su reflejo en el espejo. Sheila se giró rápidamente, pero no había nada ni nadie allí. O eso creía.
Cuando se volteó de nuevo para mirar en el espejo, un horroroso monstruo se encontraba frente a ella.
Parecía haber surgido de las profundidades del océano o de algún planeta desconocido. Tenía piel escamosa, poderosos dientes y unos ojos que solo de mirarlos provocaban el terror.

Sheila intentó alejarse del espejo y salir del sótano, pero era demasiado tarde.
El monstruo sacó sus tentáculos desde el otro lado del espejo, agarró a Sheila, la zarandeó golpeándola contra los muebles del sótano y la arrastró a su dimensión paralela.
Visiones escalofriantes
Sheila, ya en el otro lado del espejo, junto a la horrenda criatura, se encontró en una versión oscura y retorcida de su propia vida. Vio todas las desgracias que le esperaban: la muerte de sus seres queridos, la pérdida de sus amigos, la ruina financiera y la soledad eterna.
El monstruo le hizo saber a Sheila que todas esas visiones se harían realidad si no le entregaba su alma.
Atrapada al otro lado del espejo
Nuevamente Sheila intentó escapar, pero no tenía salida. El monstruo la encimaba, no la dejaba moverse. Sheila estaba atrapada en un mundo paralelo del que no podía salir.
Sheila quedó atrapada al otro lado del espejo, luchando contra el monstruo cada vez que este intentaba robar su alma.
Poco a poco, la mente de Sheila se fue desgastando y su espíritu se fue debilitando. El monstruo la había convertido en su prisionera, en su esclava.
Casa abandonada
Cuando los padres de Sheila regresaron a casa, no encontraron rastro de Sheila. Buscaron por toda la casa. En su habitación, en la sala de estar, en el baño… pero no estaba.
Bajaron al sótano y allí sí encontraron una escena que les dejó sin aliento.
El sótano estaba totalmente revuelto, con muebles rotos y objetos dispersos por todas partes. Solo el espejo parecía intacto. Además, había en el suelo había un rastro que parecía conducir al propio espejo. Pero lo peor de todo fue que los padres tampoco encontraron a su hija en aquel destrozado sótano.
Desesperados, los padres llamaron a la policía, quienes tampoco encontraron ninguna pista lógica ni concluyente sobre lo que había podido suceder. A medida que pasaban los días y no había noticias de Sheila, los padres empezaron a volverse locos. No podían soportar la idea de haber perdido a su única hija.
En su desesperación, los padres empezaron a creer en las leyendas que circulaban por el barrio. Se decía que aquel espejo que no había sufrido daños en el sótano, y al que conducía un extraño rastro en el suelo, podría ser la puerta a una dimensión alternativa llena de criaturas del inframundo, y que Sheila podría estar allí, junto al monstruo que había ido a por ella y que había destrozado el sótano en su deber de llevársela.
Para los padres de Sheila, de quienes todo el vecindario cuchicheaba a sus espaldas por el posible paradero de su hija, la idea de vivir en una casa tan oscura y siniestra les aterraba, así que decidieron abandonarla para siempre e irse a vivir lejos de allí.
La casa quedó tapiada y abandonada, como si de un lugar maldito al que nadie quiere acercarse se tratara.
La leyenda del espejo maldito y del monstruo que atrapó a Sheila se propagó por todos los pueblos circundantes, convirtiéndose en una historia terrorífica que la gente contaba en sus hogares para asustar a los más jóvenes.
Explorando el sótano
Pasaron cerca de dos décadas en las que el miedo provocó que nadie se acercase a la antigua casa de Sheila. Sin embargo, un grupo de cuatro amigos apasionados por el urbex, cansados de las leyendas y los mitos que rodeaban a la casa, decidieron entrar a la casa e investigar el sótano.
Tras romper las maderas que tapiaban una de las ventanas, entraron a la casa y fueron directamente al sótano. Rápidamente se dieron cuenta de que algo no estaba bien.
En el espejo había un relfejo, distorsionado y macabro, como si algo o alguien estuviera tratando de salir de él. Fue entonces cuando escucharon la voz de Sheila, suplicando por ayuda desde el otro lado del espejo.
Los amigos intentaron sacarla de allí, gritando y golpeando el espejo con todas sus fuerzas. Pero no funcionó.
El monstruo había sentido la presencia del grupo de amigos y se disponía a atraparlos.
Atrapados para siempre
El espejo empezó a brillar intensamente y los amigos se vieron absorbidos por él, arrastrados al mismo infierno en el que Sheila había estado atrapada.
Allí, en ese oscuro y retorcido mundo del otro lado del espejo, el monstruo se regocijó de sus nuevas presas. Los amigos intentaron luchar contra él, pero era demasiado poderoso. Uno a uno iban cayendo bajo su poder, mientras el monstruo los arrastraba hacia la oscuridad.
Finalmente, Sheila y sus nuevos compañeros de condena se unieron al monstruo, convirtiéndose en parte de su colección de almas atrapadas.
Desde ese día, los cuatro amigos exploradores no volvieron a ser vistos por el barrio y la leyenda del espejo maldito cobró aún más fuerza, propagándose por todo el país.
Rumores
En Fairbanks y sus alrededores ahora circulan muchos rumores y leyendas sobre el espejo maldito de la casa abandonada. Algunos cuentan que si miras fijamente al espejo, el monstruo te atrapa y te arrastra al otro lado del vidrio, donde te conviertes en su esclavo para siempre.
Otros dicen que el espejo es capaz de mostrarte tu peor pesadilla.
También se cuenta que si se escucha atentamente en las noches de luna llena, se puede oír la voz de Sheila y sus compañeros atrapados pidiendo ayuda desde el otro lado del espejo. Pero si te acercas demasiado al espejo, el monstruo puede escuchar tus pasos y salir para atraparte.
Hay quienes incluso aseguran haber visto, desde varios metros afuera de la casa, extrañas luces brillando en el interior, y haber oído gritos y lamentos provenientes del sótano, donde se encuentra el espejo maldito.
A día de hoy no se han reportado más casos de personas que se hayan aproximado a la casa abandonada, temerosos de lo que pueda ocurrir si se acercan demasiado al sótano y a su siniestro espejo.
Acabo de encontrar este sitio y me ha encantado. Gracias por la creación de estos espacios.