La ciudad de Farina surgió en 1878, a 650 kilómetros (400 millas) al norte de Adelaida (Australia), en el borde del desierto y a lo largo de la antigua ruta del ferrocarril de Ghan. Originalmente llamados «The Gums» o «Government Gums», sus primeros pobladores fueron agricultores que creían en la teoría de que la lluvia seguía al arado, lo que significa que la vivienda humana y la agricultura a través de la granja podrían cambiar el clima de forma permanente, haciendo que un ambiente inhóspito fuese habitable.
La década de 1880 trajo un clima húmedo para Farina y los colonos comenzaron a cultivar trigo y cebada, llegando a expandir la ciudad considerablemente. A finales de siglo, Farina alcanzó una población de aproximadamente 600 habitantes. Más tarde llegó a contar con dos hoteles (el Transcontinental y el Exchange), una panadería subterránea, un banco, dos cervecerías, una tienda de abarrotes, una iglesia anglicana, cinco herrerías, una escuela y un burdel.
A pesar de las optimistas esperanzas de los colonos de Farina, el clima de la ciudad no cambió drásticamente y el siglo XX trajo una disminución de la población. La oficina de correos local cerró en la década de 1960 y la línea de ferrocarril hizo lo mismo en la década de 1980. Hoy en día, Farina se ha convertido en una ciudad fantasma, con solo unas pocas docenas de residentes viviendo en un pequeño asentamiento al oeste de la ciudad.
Durante los últimos años se han realizado esfuerzos para restaurar la ciudad, incluida la reparación de la panadería y la adición de carteles informativos. Sin embargo, poco se asemeja a aquella Farina con más de medio millar de habitantes.