Construido a lo largo de la autopista George Parks, cerca de Cantwell, en Alaska (Estados Unidos), este extraño hotel conocido como Igloo City se ha convertido en una atracción turística en plena carretera.
Fue construido en la década de 1970 en forma de iglú para rendir homenaje a los inuit, pero nunca se abrió debido a irregularidades respecto al código de construcción. Desde entonces ha sido utilizado por diferentes propietarios como gasolinera y tienda de regalos.