Margaret y la juguetería maldita de Suncrest Ville, por Víctor Parra


En las afueras de la ciudad de Valdosta, en el estado de Georgia, en Estados Unidos, existe un pueblo abandonado llamado Suncrest Ville sobre el que pesa una temible maldición relacionada con horrorosos juguetes.

Se dice que, en el pueblo, existe una antigua juguetería que vendía extraños muñecos que no se encontraban en ninguna otra parte de los Estados Unidos. La dueña, una anciana solitaria de nombre Margaret Hyland, decía que cada juguete tenía una historia especial y mágica.

Índice
  1. Una muñeca maldita
    1. Noche de terror
  2. La maldición
  3. Atacando la juguetería
    1. Pueblo abandonado
  4. Rumores

Una muñeca maldita

Un día, un hombre curioso llamado Tyler entró a la tienda de juguetes de Margaret y compró una muñeca de porcelana con ropa antigua. La muñeca era hermosa, pero había algo en sus ojos que la hacía parecer viva.

Tyler llevó la muñeca de porcelana a su casa y la colocó en un estante, junto a una extensa colección de muñecos de madera que ya tenía y a los que tenía alta estima.

Noche de terror

Esa noche de madrugada, mientras dormía, Tyler comenzó a escuchar ruidos en su habitación.

Al despertar y levantar la mirada, vio a la muñeca de porcelana parada a su lado, mirándole fijamente con sus ojos bien abiertos. Asustado, intentó moverse, pero descubrió que no podía. Era como si estuviese paralizado, con esa mirada gélida de la muñeca clavada en sus ojos.

muñeca que da miedo
Muñeca maldita de porcelana que Tyler compró en la juguetería de Suncrest Ville.

A partir de ese momento, cosas extrañas comenzaron a suceder en su casa. Los objetos de las estanterías parecían cobrar vida y se movían solos. De fondo, se escuchaba algo parecido a muebles siendo arrastrados, aunque no había más personas en su casa.

Fueron apenas 5 minutos de fenómenos extraños que Tyler observó parado en su cama, con esa mirada clavada de la muñeca, sin poder hacer nada. Fueron solo 5 minutos, pero de un terror extremo.

Cuando los ruidos y los movimientos extraños cesaron, Tyler pudo levantarse e intentó deshacerse de la muñeca. Era tarde, las 3 de la mañana, pero Tyler salió fuera de la casa y dejó la muñeca dentro del cubo de basura. No quería saber nada más de ella.

La sorpresa de Tyler vino cuando entró de nuevo a su habitación y... allí estaba de nuevo, la muñeca de porcelana que acababa de tirar a la basura, en la estantería en la que la había colocado cuando la trajo de la tienda, pero en esta ocasión no estaba sola. La muñeca de porcelana estaba rodeada por la colección de muñecos de madera de Tyler, los cuales estaban totalmente desfigurados.

El pánico y el terror de Tyler aumentó y los fenómenos extraños en su casa comenzaron a intensificarse. El hombre intentó huir de su casa. Corrió hacia la puerta por la que acababa de entrar minutos antes, pero estaba cerrada, no pudo abrirla.

Días después, cuando sus vecinos comenzaron a echarle de menos y entraron a su casa, Tyler no estaba. Había desaparecido sin dejar rastro.

La maldición

La gente decía que la dueña de la antigua juguetería tenía un don especial para dar vida a los juguetes, pero que al hacerlo, también les transfería una horrible maldición.

La maldición de los muñecos de la tienda consistía en que, una vez que los llevaban a casa, los compradores quedaban atrapados para siempre en una dimensión alterna controlada por juguetes malditos. Estos juguetes cobraban vida por la noche y controlaban la mente del dueño, haciéndole víctima de sus torturas y pesadillas.

Los muñecos provocaban pesadillas aterradoras cada noche en sus propietarios, en las que eran atormentados por multitud de juguetes malditos.

Además, también experimentaban extraños fenómenos en las casas, como objetos moviéndose solos o juguetes cobrando vida en plena noche con comportamientos terroríficos, como le pasó a Tyler.

Atacando la juguetería

Los vecinos del pueblo pronto quedaron aterrorizados por la desaparición de Tyler, así como por los juguetes malditos.

Rápidamente encontraron la conexión entre la desaparición de Tyler y la presencia de la muñeca de porcelana en su casa.

Los vecinos decidieron que Margaret, la dueña de la juguetería, tenía que ser expulsada del pueblo.

Los vecinos se juntaron en un grupo organizado y forzaron su entrada en la juguetería con la intención de destrozar el local y provocar la salida de Margaret de Suncrest Ville, pero en el momento en que intentaron apalear las estanterías, los juguetes iluminaron sus ojos y comenzaron a emitir un pitido ensordecedor.

Margaret emergió de entre las sombras y les obligó a salir inmediatamente de su local, afirmando que pagarían por los destrozos que habían ocasionado.

En esta ocasión, Margaret volcó la maldición directamente en los vecinos.

Pueblo abandonado

A partir de la noche siguiente, los vecinos del pueblo comenzaron a sufrir pesadillas aterradoras. Algunos desaparecieron sin dejar rastro y otros se volvieron locos debido a las torturas a las que eran sometidos por los juguetes.

La gente comenzó a abandonar el pueblo de Suncrest Ville, pero aquellos que se quedaron se vieron atrapados en un castigo de pesadillas diarias. La antigua juguetería de Margaret se convirtió en un lugar aterrador, evitado por todos.

Con el tiempo, el pueblo quedó completamente abandonado y las calles desérticas. Se dice que todavía se pueden escuchar los ruidos de los juguetes malditos dentro de la antigua juguetería, mientras que Margaret les infunde su maldición.

A día de hoy el pueblo de Suncrest Vill sigue siendo un lugar abandonado y aterrador, evitado por todos aquellos que conocen la historia de los juguetes malditos de Margaret.

Rumores

Entre los rumores que envuelven al pueblo y su juguetería, se destacan los siguientes:

- Se dice que aquellos que entran al pueblo abandonado son perseguidos por los juguetes malditos y que no tienen escapatoria.
- También se dice que la maldición de los juguetes es tan fuerte que quienes que entran al pueblo son poseídos por los propios juguetes y que sus almas son consumidas por la maldición.
- Hay historias de que los antiguos habitantes del pueblo abandonado todavía están allí, pero que han sido transformados en juguetes malditos por la maldición de Margaret y que aún persiguen a aquellos que entran al pueblo.
- Se cuenta que los juguetes malditos pueden controlar la mente de aquellos que entran al pueblo abandonado y que les obligan a cometer actos terribles y violentos.

Estos rumores han causado que la gente evite el pueblo abandonado de Suncrest Ville y que haya miedo de entrar allí, a pesar de la curiosidad que puede generar. Hay quienes dicen que el pueblo está maldito para siempre, y que es mejor no acercarse demasiado.







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