Construido en 1915 en Marquette, en el estado de Míchigan (Estados Unidos), el Orfanato de la Sagrada Familia fue el sueño del obispo de la diócesis católica de Marquette, Frederick Eis. El coste del orfanato se estimó entre $90.000 y $120.000, una suma astronómica en ese momento.
La gigantesca estructura fue diseñada para albergar a 200 niños. Estaba amueblado con aulas, un dormitorio, baños en cada piso y un anexo que albergaba instalaciones de calefacción y plomería. Había instalaciones de lavandería y cocina, un gran comedor y salas de juegos.
El orfanato permaneció abierto durante más de 50 años. En sus últimos tiempos, sus residentes fueron un grupo de niños cubanos, refugiados de la Revolución de Fidel Castro. Finalmente cerró en 1965 y desde entonces ha estado abandonado. Hoy en día el edificio de seis pisos se encuentra con la mitad de sus ventanas tapiadas y un crecimiento excesivo de árboles y follaje silvestre que parece fusionarse con la ruinosa estructura.
Circulan muchas leyendas y mitos urbanos sobre niños que no fueron tratados de la mejor manera dentro del orfanato y perdieron la vida, mientras que también hay informes de avistamientos de fantasmas dentro del edificio.