Durante la década de 1970, el gobierno del Reino Unido estaba buscando ubicaciones en la costa de Escocia donde pudiera construir sitios para el levantamiento de plataformas petroleras, basándose en los pronósticos de la demanda futura. Polphail, en la costa oeste de la península de Cowal, en Argyll y Bute, fue uno de los lugares elegidos, ya que proporcionaba un puerto protegido en el que se podría construir un dique seco. La tierra fue comprada por el gobierno y se creó una aldea que podría albergar hasta 500 trabajadores entre 1975 y 1977.
Sin embargo, el pueblo de Polphail nunca fue habitado. Los problemas de diseño estructural de las plataformas del petróleo, las implicaciones de costes y la inflexibilidad en el sector en aquel momento no permitieron que se realizaran avances. De esta manera, Polphail se convirtió en un pueblo fantasma.
En 2009, el asentamiento abandonado obtuvo cierta publicidad cuando un colectivo artístico que visitó las calles vacías de Polphail creó una galería de arte de graffiti pintando figuras, rostros, diseños abstractos e imágenes inquietantes. Poco después, el pueblo abandonado de Polphail fue demolido.