Para albergar los Juegos Olímpicos en el verano de 2008, China construyó 12 grandes instalaciones deportivas permanentes, así como 8 temporales. Y aunque Pekín recibió grandes elogios internacionales por sus nuevos íconos arquitectónicos, muchos lugares fueron abandonados después de los juegos, ya que no había planes para un uso futuro.
El estadio más grande, el Estadio Nacional de Pekín, conocido como «El Nido del Pájaro» costó 471 millones de dólares, una cifra que, según se dice, China pagaría a lo largo de 30 años. Este estadio, aunque haya planes para que se use para los Juegos Olímpicos de Invierno 2022, nuevamente organizados en Pekín, no se ha usado mucho desde los Juegos Olímpicos. Mientras tanto, el «Cubo de Agua«, como se apodó al Centro Acuático Nacional de Pekín, tuvo pérdidas de alrededor de 1 millón de dólares en 2011, incluso después de la asistencia financiera pública y la adición de un parque acuático.
Al mismo tiempo, muchos otros lugares, como los construidos para las pruebas de kayak, voleibol playa, BMX y béisbol, han permanecido intactos desde 2008. En las fotos que acompañan a estas líneas, tomadas años después de los Juegos, la señalización y el paisajismo parecen haberse mantenido sin cambios desde el cierre ceremonial de aquellos juegos.
Pekín siguió los pasos de otras ciudades olímpicas como Atenas y Sochi, donde los recintos deportivos quedaron abandonados tras los Juego Olímpicos debido a la falta de planificación.