Este complejo abandonado de Sheraton se puede encontrar en la costa sur de Rarotonga, la isla principal de las Islas Cook (en el pacífico Sur) con una población de 10.500 personas, aproximadamente el 70% de la población del país. El complejo data de 1987, cuando el gobierno de las Islas Cook firmó un acuerdo con un banco italiano para financiar el complejo. El gobierno actuó como garantes del préstamo de 36 millones de dólares estadounidenses, mientras que Sheraton se inscribió para administrar la propiedad.
Los trabajos de construcción del hotel de 5 estrellas y 200 suites, incluido un campo de golf, comenzaron en 1990, pero terminaron abruptamente cuando el complejo estaba completado en un 80%. El proyecto se quedó sin dinero cuando la mayoría de los 36 millones desaparecieron por un agujero negro provocado por la mafia y otros delincuentes.
Como resultado, las finanzas del país quedaron paralizadas y los contribuyentes todavía tienen que hacerse cargo de los intereses de las facturas. Ha habido sugerencias sobre la posible remodelación del complejo, pero nada ha avanzado, ya que la cuestión de quién es el dueño del hotel ha estado estancada en los tribunales durante años.
Muchos habitantes de Rarotonga creen que el proyecto estaba condenado desde el principio, ya que el lugar elegido para el resort fue maldecido en 1911 tras de una amarga disputa sobre la propiedad de la tierra.
En el lanzamiento oficial del proyecto, el nieto de la mujer que maldijo la tierra apareció vestido como un sumo sacerdote entonando la resurrección de la maldición de su abuela. Posteriormente, golpeó su lanza contra una roca sobre la cual el Primer Ministro acababa de descubrir una placa marcando el comienzo del proyecto. Cuando la roca se partió al nivel del suelo, los lugareños lo vieron como una señal de que el complejo aún estaba maldito y condenado.
Así es como luce a día de hoy el complejo abandonado de Rarotonga: