Se suponía que la planta de energía nuclear Żarnowiec se convertiría en la primera central nuclear de Polonia. La planificación comenzó a principios de la década de 1970, con una extensa investigación con el propósito de encontrar la ubicación más adecuada. Después de varios años, se eligió un sitio cerca del pueblo de Żarnowiec, a 50 kilómetros (31 millas) al noroeste de Gdansk. El sitio estaba cerca del Mar Báltico y del Lago Żarnowiec, el cual debía usarse para enfriar.
La construcción comenzó en 1982, con la finalización del primer reactor planeado en 1989 y el segundo en 1990. Se planificó que la planta ocupase 70 hectáreas de área terrestre, mientras que todo el complejo con instalaciones de construcción dedicadas y edificios de apoyo tomaría 425 hectáreas. Además de los 79 edificios del complejo reactor-vivienda, el sitio incluía cientos de instalaciones de apoyo, incluidas las viviendas para el personal, una estación meteorológica y una estación de ferrocarril.
Cualquier oposición pública al proyecto fue silenciada inicialmente por la introducción de la ley marcial en 1981. Después del desastre de Chernóbil en 1986, las organizaciones ambientales iniciaron una campaña antinuclear que rápidamente obtuvo un amplio apoyo. La protesta, que también fue apoyada por los partidos políticos, incluyó bloqueos de carreteras y huelgas de hambre. En 1-987, el gobierno finalmente cedió y anunció un referéndum. Y aunque el 86,1% votó en contra de completar la construcción de la planta de energía, el gobierno decidió ignorar el referéndum no vinculante y continuar las obras de construcción.
El proyecto fue finalmente abandonado en 1990 después de que todos los edificios de apoyo y el 40% del primer reactor se hubieran construido. Entre otras razones, el gobierno dijo que se abandonaba debido a la falta de seguridad de la central nuclear. Para entonces, el 84% del presupuesto de construcción ya se había gastado.
Después del abandono del proyecto, algunos de los equipos que ya se habían instalado fueron desechados, mientras que otros fueron robados. El gobierno local intentó atraer inversiones a la zona mediante el establecimiento de una Zona Económica Especial, pero no hubo suficiente éxito. Actualmente, solo 20 empresas operan en el área, mientras que la mayoría de los edificios permanecen abandonados. Las pérdidas totales resultantes de la mala administración de la propiedad abandonada a lo largo de los años se han calculado hasta en dos mil millones de dólares.